Es cómico como uno a veces planea cosas y después salen otras totalmente diferentes. Por ejemplo, cuando tenía 15 decía que me iba a recibir a los 25, iba a terminar un doctorado a los 30 y a los 31 o 32 iba a hacerme inseminación artificial e iba a tener un hijo (nótese que no había novios, ni maridos en mis planes). Obvio que según mis “planes” a esa altura ya iba a tener un pasar económico, cuando más excelente, cuando menos sustentable. Aunque suene muy loco yo a mis 15 pensaba eso. Que haría las cosas yo sola. Y si los pensamientos a mis 15 años les parecen locos o exagerados, es por que no saben lo que pensaba a los 12. A mis doce años, siendo rellenita y más grandota que el resto de mis compañeras, además no era “cool” era más bien del tipo intelectual me dije a mi misma “más vale que seas inteligente porque linda no vas a ser nunca” (jajajajajaja, hoy lo pienso y no puedo evitar reírme). Pero bueno los planes son planes y la realidad es otra cosa. Hoy a mis 27 años, no me recibí a los 25, no estoy haciendo un doctorado.
Lo que sí estoy haciendo es:
Estoy empezando dos carreras, estoy compartiendo tiempo con mi mamá, estoy trabajando de algo que no sabía que me iba a gustar tanto y que salió sin querer, gracias a mi trabajo conocí gente maravillosa, estoy empezando una relación que cada día me llena más el corazón y el alma. Todas estas cosas que NO planifiqué me dan, me dieron y espero me sigan dando muchas satisfacciones. Tal vez deba dejar de hacer planes y dejar algunas cosas a la suerte…